La eutanasia en nuestros tiempos
ha tenido un gran auge que ha provocado el debate personal de más de una
persona, pero al interiorizarnos dentro de este conflicto nos damos cuenta que
detrás de “dejar morir” a una persona de manera asistida, se encuentran todos
los aspectos éticos de la práctica clínica.
En el texto Limitación del esfuerzo terapéutico señalan que: “no todo lo
medicamente posible, es éticamente aceptable” esto quiere decir que a pesar que
los a veces tecnológicos cada día sean mayores y que ayuden a diagnosticar
nuevas enfermedades, éticamente no es correcto realizarlos si el paciente no
sabe sobre el procedimiento o sencillamente no se lo realizan porque “ya no hay
nada que hacer”. Ninguno de los profesionales de la salud deben encasillar a un
paciente por lo que ven, sin antes saber todos los factores que lo rodean, si
es él el que toma la decisión o está siendo manipulado por alguna persona de su
familia, si está de acuerdo o por el contrario siente que no puede opinar todos
esos factores influencian a la adherencia del tratamiento, al estado anímico,
etc.
Ninguno de nosotros como seres
humanos, pares de todos podemos decidir si acabar con la vida de alguien es una
cuestión que nos pertenezca; cada persona es autonomía en las decisiones que
debe tomar con respecto a sí mismo y debe ser más involucrado cuando se trata
de su salud y su propia vida; no deben ser terceros lo que decidan por la vida
de otro ya que estaríamos violando con el derecho a la autonomía de cada uno,
dentro de este principio también se puede agregar la veracidad con la que los
profesionales de la salud debemos dirigirnos no solo a la familia del paciente
sino a él mismo, no porque alguien de la familia sea el cuidador principal
significa que automáticamente se le confiere la potestad de tomar decisiones de
la vida del otro.
Cuando se discute sobre el tema
de la eutanasia muchos de los que dicen estar a favor de ésta hacen un juicio sustitutivo
para argumentar su punto de vista es decir ellos “se ponen en la situación” de
la persona y piensan ellos que harían en la misma situación; pero olvidan que cada persona tiene un pensamiento diferente de
pronto esa persona que está en coma, escucha su entorno y quiere seguir viviendo
y no ha contemplado la eutanasia como respuesta a su situación.
Que una persona presente una
enfermedad terminal, no necesariamente significa que “debemos ayudarlo a morir
para que no sufra” al contrario como enfermeros/as es nuestro deber brindar
cuidados paliativos para lograr en bienestar desde la vida hasta la terminación
de la misma, es brindar un acompañamiento brindado cuidados paliativos hacia
esa persona, sin importar su condición o su evolución. De la misma manera que
dentro de estos cuidados que debe ofrecer la enfermera/o es velar por el
cumplimiento de todos los derechos del paciente, evitando así que se cometan cualquier
tipo de encarnizamiento terapéutico, injusticia y malos tratos.
Si hablamos de eutanasia muchas
veces la gente diría “no eso no se debe hacer” pero al mencionar homicidio terapéutico
se dejan llevar por las apariencias del paciente por ejemplo: “es que está
sufriendo mucho” o por solicitud expresa del paciente; no importa si es eutanasia o homicidio terapéutico
sigue siendo atentar contra el derecho fundamental de cualquier ser humano la
VIDA. A pesar que sea el mismo paciente en que refiera verbal o de manera
escrita su deseo de morir, nuestro deber sigue siendo brindar unas alternativas
terapéuticas como el cuidado paliativo para lograr una calidad y bienestar de
vida hasta su muerte.
Las personas con enfermedades
terminales normalmente se les viola más
de un principio fundamental, como el de la justicia y la equidad, a estos
pacientes son los primeros que se le retiran el servicio adecuado cuando los
recursos son escasos, pero como enfermeras debemos velar por que estos
principios no sean violados debemos hacer respetar que el paciente tiene los
mismos derechos de cualquier otro y que no se debe ver como un generador de
costos, sino como lo que es en realidad un ser humano que merece dignidad y un
trato justo y equitativo ya que esto puede llevar a que el paciente tome malas
decisiones con respecto a su tratamiento y su vida; en países como Holanda en
la que la eutanasia es aprobada estos tratos hacen que el paciente piense que
el mejor camino que debe tomar es el de la muerte asistida para son ser una
carga más.
En conclusión decisión de la vida
no se encuentra en nuestras manos, nuestro hacer va enfocado al cuidado que
podemos brindar hasta el final del ciclo vital y no el acortar ese ciclo, las personas
que prefieren la eutanasia como respuesta muchas veces se ven influenciada por
terceros o porque esos terceros tomaron la decisión por ellos sin saber lo que
en realidad piensan, lo que querían y sentían, como enfermeras/os debemos ser conscientes
ser honestos con el paciente evitar que se comentan injusticias con el mismo y
ser defensoras /res para que nuestro hacer siempre tenga un componente ético detrás
de nuestro hacer diario.
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